La paz de Cristo para los pobres y oprimidos
El compromiso de Ciudad del Cabo 2010 (10)
Construir la paz de Cristo en nuestro mundo roto y dividido
26 DE ABRIL DE 2013
No hace falta más que mirar un telediario u hojear un periódico para darnos cuenta de las injusticias, opresiones, pobreza u abusos que suceden en nuestro mundo, algunas de ellas en el otro extremo del planeta, pero otras muy, muy cerca de nosotros.
¿Es algo nuevo? No, simplemente es lo que ha ocurrido siempre, pero en algunos aspectos bajo un nuevo formato.
Ante esta situación no puedo evitar recordar las que quizás fueron las palabras más duras de Jesús, “echadlo en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 25:30) y unos versículos más adelante el Maestro dijo: “apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”. (Mateo 25:41). ¿A quién dijo Jesús estas palabras? ¿A alguien que había cometido un acto terrible? Para sorpresa de muchos la respuesta es “no”, las palabras más duras de Jesús fueron para personas que no habían hecho absolutamente NADA.
Las primeras fueron para el siervo a quien su señor entregó un talento y no hizo nada con él; las segundas fueron para aquellos que “cuando tuvo hambre NO le dieron de comer; cuando tuvo sed NO le dieron de beber; cuandofue forastero NO le recogieron; cuando estuvo desnudo NO le vistieron; y cuando estuvo enfermo y en la cárcel NO le visitaron” (Mt 25:42). Y es que ya va siendo hora de que nos demos cuenta de que lo que Jesús nos pide es precisamente que hagamos ALGO, que lo que hacemos a uno de estos sus hermanos más pequeños, a Él se lo hacemos (Mt 25:40).
¿Qué pues es este algo que Dios demanda de nosotros? “Que levantemos nuestra voz por los que no tienen voz; que defendamos a los indefensos; que levantemos nuestra voz y les hagamos justicia; que defendamos a los pobres y a los humildes” (Pr 31:8-9).
Analicemos pues 2 maneras prácticas de llevar LA PAZ DE CRISTO PARA LOS POBRES Y LOS OPRIMIDOS:
I.- LA ESCLAVITUD Y LA TRATA DE PERSONAS
Según cifras de la ONU en la actualidad hay aproximadamente 27 millones de personas que viven en régimen de esclavitud. Sólo en la India hay aproximadamente 15 millones de niños que viven en condiciones de servidumbre. Miles de niños son traficados a las plantaciones de cacao de Costa de Marfil para recoger el cacao que luego se convierte en el chocolate que nosotros comemos. Unas 2.4 millones de personas son traficadas cada año (esto equivale a 5 aviones jumbo llenos cada día), de las cuales, según UNICEF, la mitad son niños. La mayoría de ellas son explotadas sexualmente, pero otras también laboralmente e incluso algunas se les extirpan los órganos o se les amputan partes del cuerpo para ser usadas en mendicidad forzada.
Si alguien piensa que estas barbaridades sólo ocurren en el otro extremo del mundo hay que saber que España es uno de los principales países de tránsito y destino para la explotación sexual en Europa. Al menos 18.000 mujeres extranjeras son traficadas cada año para ser explotadas sexualmente en nuestro país y la cifra de unas 400.000 mujeres en prostitución (en un porcentaje muy alto de forma forzada) convierten a España en el burdel de Europa.
Pero no nos perdamos en las frías estadísticas, detrás de cada porcentaje, de cada cifra, hay una persona con nombres y apellidos, con cara y con sentimientos por la que el Señor nos pide que levantemos la voz.
Ya va siendo hora de que sigamos los pasos de hermanos nuestros comoWilliam Wilberforce que consiguió abolir el tráfico de esclavos en el imperio británico, como Abraham Lincoln que abolió la esclavitud en Estados Unidos, como Julio Vizcarrondo y Antonio Carrasco (presidente y vicepresidente respectivamente de la Sociedad Abolicionista Española) queconsiguieron abolir la esclavitud en las colonias españolas de Puerto Rico y Cuba o como Martin Luther King y Desmond Tutu que combatieron las desigualdades raciales en EEUU y Sudáfrica respectivamente. Curiosamente un nexo unía a todos estos luchadores por la libertad, la proclamación de la igualdad de todos los hombres como criaturas hechas a imagen de Dios. ¿Cuánto se predica esta realidad en nuestras iglesias? Para descargar todo el artículo (10)La paz de Cristo para los pobres y oprimidos
Para escuchar una entrevista entre Pedro Tarquis y Daniel Benegas
Trata de personas y la paz de Cristo Daniel Banegas: Unas 2.4 millones de personas son traficadas cada año (esto equivale a 5 aviones jumbo llenos cada día), de las cuales, según UNICEF, la mitad son niños. Una entrevista de Pedro Tarquis.