VI (1) La Iglesia, unidad con propósito

25 DE OCTUBRE DE 2013

La Iglesia, unidad con propósito

El compromiso de Ciudad del Cabo 2010 (Parte VI:1))

 Juan Carlos Escobar
La Iglesia, unidad con propósitoEstar juntos no es sinónimo de unidad, o dicho de otra manera, no quiere decir que por estar juntos necesariamente estaremos unánimes.

Mat 18:19 “ Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”

1. JUNTOS Y UNÁNIMES
El contexto del capítulo 18 del Evangelio de Mateo nos acerca a un escenario en el que Jesús enseña sobre el ámbito de las relaciones. Nos instruye en cuanto a no caer en las grandezas; nos insta a ser humildes como niños; nos advierte para evitar ser piedra de tropiezo para otros; nos exhorta a estar dispuestos a sufrir mutilación personal antes que mutilar al cuerpo; apela a que no menospreciemos a quienes no han alcanzado la Gracia y a hacer todo lo posible por alcanzarlos; y nos invita a reconocer el valor de la reconciliación.

Es dentro de este contexto que recibimos una propuesta que nos invita a visutalizar el acuerdo como lo imprescindible para que Jesús esté en medio de nuestra congregación, es más,difícilmente somos congregación sin acuerdo.

Estar juntos no es sinónimo de unidad, o dicho de otra manera, no quiere decir que por estar juntos necesariamente estaremos unánimes. Un ejemplo claro de este principio lo vemos en el día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo descendió sobre los ciento veinte, “ estaban todos unánimes juntos” (Hechos 1:1) Y es que si ponemos como referencia este sencillo y poderoso texto, podemos llegar a la conclusión que han sido muchas las veces que nos hemos juntado como ministros o como Iglesia pero el Espíritu Santo no ha obrado no por falta de gente metida en una mesa de trabajo o reunida en un determinado acto, sino porque Dios no ha detectado una genuina unidad, o lo que es lo mismo, el Espíritu Santo no se movió porque no halló unanimidad.

Abundando en esta línea de pensamiento, el versículo 20 de este capítulo 18 del Evangelio de Mateo, desvorda una poderosa afirmación:  “porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Quiero enfatizar dos aspectos, la congregación y quién la preside. Ya he afirmado que ser congregación no es solo estar juntos, se hace necesaria la unanimidad, pero además, la consecuencia más inmediata es que Jesús estará en medio de esa congregación. Esto es vital, necesitamos que Jesús esté en medio de nuestras convocatorias, proyectos, eventos, iniciativas, negocios, planes, campañas, cultos, vigilias, foros, debates… Jesús debe estar presente porque de lo contrario acabaremos dispersos en nuestra individualidad. Debemos ser conscientes que la primera consecuencia de la Unidad es que Jesús nos invadirá con su Gloria y, por el contrario, la primera consecuencia de nuestra falta de Unidad es la desintegración del cuerpo, por lo que Su Gloria se ausentará y vendremos a ser una alternativa religiosa más en el mundo que se verá impotente para cambiar nada porque no fuimos capaces en nostros mismos de solucionar nuestros propios problemas.....Para descargar todo el artículo...VI (1) La Iglesia Unidad con Proposito

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