Hay que entender la función de la educación teológica en la iglesia no como mera transmisión de conocimiento o doctrinas, sino como la preparación de las personas, discípulos de Cristo, para vivir su existencia en el seguimiento de Jesucristo, siguiendo su ejemplo, viviendo para glorificarle.
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La educación teológica debe tomar como punto de partida la Gran Comisión, que expresa con claridad el propósito de Jesucristo de edificar su iglesia por medio de “hacer discípulos”, lo que supone la proclamación del evangelio, la incorporación a la iglesia, y la integración de la enseñanza de Jesús en la vida de cada discípulo.
El libro misionero por excelencia, Hechos, coloca en un lugar central -para el desarrollo de la misión- la fundamentación de la iglesia en la doctrina de los apóstoles. Hechos es una segunda parte de la obra de Lucas que tiene en su inicio la declaración de propósito “para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido” (Lc. 1:4), es decir, “has sido discipulado”. En los albores de la iglesia, un elemento fundamental de su vida era perseverar en la doctrina de los apóstoles (Hch. 2:42). La evangelización y la educación teológica van de esta manera de la mano. La enseñanza bíblica no es una actividad accesoria, superflua, que se pueda obviar, es una necesidad y una responsabilidad de la iglesia si quiere ser fiel al llamado de Jesucristo y consecuente con la misión que le ha sido encomendada, y esta enseñanza debe enfocarse en la formación y transformación de las personas en discípulos de Cristo.
Una primera consecuencia es entender la función de la educación teológica en la iglesia no como mera transmisión de conocimiento o doctrinas, sino como la preparación de las personas, discípulos de Cristo, para vivir su existencia en el seguimiento de Jesucristo, siguiendo su ejemplo, viviendo para glorificarle....Para descargar todo el artículo...VI (4) Educacion teologica y mision